La suma de pequeños hábitos puede dar mejores resultados que un cambio de vida radical
1. Alimentación variada y equilibrada. Es vital ingerir todos los nutrientes que el cuerpo necesita diariamente. Para ello, debemos seguir una dieta que incluya todo tipo de alimentos y que, sobre todo, estén muy integradas las frutas y las verduras. ¿Qué puedes hacer? Comer una fruta para media mañana o un yogur de postre y comprar menos ultraprocesados. Busca un hábito que sea alcanzable y verás como en poco tiempo ya lo tienes integrado en tu día a día.
2. Hidrátate. La hidratación es esencial para el correcto funcionamiento del organismo. No esperes a tener sed para beber agua, ya que esta llega cuando el cuerpo ya ha perdido el 1 o 2% del agua corporal. ¿Qué puedes hacer? Llevar siempre una botella de agua, poner una alarma en el móvil para beber agua cada 3 o 4 horas, sustituye los refrescos de la comida por agua…
3. No te saltes el desayuno. El desayuno es una de las comidas más importantes del día, ya que nos permite empezar el día con energía. Un desayuno saludable y variado nos aporta la fuerza para enfrentarnos a los retos del cotidianos. ¿Qué puedes hacer? Levántate un poco antes y disfruta del desayuno; puede ser un momento para ti, lejos del estrés y de salir corriendo al trabajo. Si no tienes tiempo, puedes dejar algo preparado la noche anterior o llevarte algo para tomar en la oficina.
4. Un buen descanso. El cuerpo necesita descansar correctamente para poder tener la suficiente energía al día siguiente. Lo ideal es dormir entre 7 y 9 horas diarias. ¿Qué puedes hacer? Si sabes a qué hora te tienes que levantar, ve a dormir un poco antes para poder llegar a las horas necesarias de descanso. También es importante ir a dormir sin la televisión y sin el móvil para que nuestra mente no se vaya a dormir recibiendo demasiados estímulos.
5. ¡Muévete! Nuestro cuerpo necesita actividad para mantenerse vivo y saludable. No tienes que apuntarte a un gimnasio e ir 2 horas cada día, pero sí que puedes incluir pequeños cambios que te ayuden a moverte un poco más. ¿Qué puedes hacer? A la hora de moverse todo sirve: desde hacer las tareas domésticas hasta ir a correr. Puedes cambiar el ascensor por las escaleras, ir en bicicleta al trabajo … ¡Busca una actividad que te guste y disfruta!