Los inicios nunca son fáciles y es importante buscar la motivación adecuada para mantener nuestro propósito y que el deporte se integre de una forma tan natural en nuestra vida que no suponga un esfuerzo ni un sacrificio.
Si quieres tener una vida más activa pero no sabes cómo hacerlo, te damos algunos consejos que te pueden ayudar:
- Busca tu deporte. Si no estás acostumbrado a hacer ejercicio, es muy probable que no sepas qué actividad física te hace disfrutar. Mantén la mente abierta y prueba diferentes deportes antes de decidirte por uno y forzarte a practicarlo. Hay muchísimas opciones: deportes de equipo, deportes al aire libre, entrenamientos de gimnasio… Lo más importante es que no sientas que es una obligación y disfrutes de la actividad que más te motive.
- Busca compañeros de entrenamiento. Si te cuesta motivarte y salir a entrenar solo, busca alguien con quien hacerlo. Relacionar el ejercicio con un momento de ocio te ayudará a estimularte y cumplir tus objetivos.
- No te presiones. Es muy frecuente que cuando nos marcamos una meta, queremos cumplirla diariamente. No es necesario, y mucho menos en la práctica deportiva. Es mucho más recomendable que, para empezar, te marques un par de días a la semana e ir aumentado progresivamente a medida que estés más a gusto y más motivado. Forzarte a entrenar cada día provocará un desgaste innecesario que puede hacer que dejes tu objetivo de lado.
- No seas impaciente. Los beneficios y los resultados de empezar una vida más activa se ven a largo plazo. No desesperes si a los 2 días no notas ningún cambio. Con el tiempo empezarás a ver cambios tanto físicos como mentales que te motivarán a seguir entrenando.
- Mantente hidratado. Beber agua es esencial tanto si practicas deporte como si no, pero si empiezas a entrenar es aún más importante. Bebe agua antes, durante y después del ejercicio para evitar mareos o incoordinación de movimientos.
Si no eres muy amante del deporte, pero sí que quieres llevar una vida más activa, puedes buscar rutinas de ejercicios para realizar en casa o iniciar actividades de ocio como el baile, salir a pasear, ir de excursión los fines de semana, etcétera. También puedes optar por pequeños cambios como ir andando a los sitios o dejar de utilizar el ascensor.